La primera vez que Mariné Falero voló no pudo ver ni una nube. Iba en una avioneta chica, de tela tan frágil que le hacía pensar que estaba suspendida sobre un pájaro. Por eso cerró los ojos durante todo el viaje, mientras rezaba con volver al suelo.
Tenía 15 años. Su mejor amiga, Laura Rodríguez, soñaba con ser piloto y había tenido que arrastrarla en su Honda 50 a las afueras de Florida. Al contrario de Mariné, Laura se sentía un ave.
A un par de décadas de aquel primer vuelo, Laura es economista y Mariné, la que cerraba los ojos y temía por la fragilidad del avión, se convirtió en la primera mujer examinadora de vuelo del ámbito privado uruguayo. Juntas sacudieron a las autoridades aeronáuticas cuando en 2009 fundaron su escuela de aviación, la primera certificada y reconocida por autoridades internacionales.
Accedé a la nota completa en este link: http://www.elobservador.com.uy/la-mujer-que-no-queria-volar-y-termino-atravesando-las-nubes-n1080549